Angel Moliní, uno de los primeros fotógrafos que conozco, compañero y amigo de la adolescencia, y a quien debo agradecimiento, también, por haber influido en mis primeros años de aprendizaje en fotografía, es el protagonista de este viaje. Nos juntamos con amigos y terapeutas suyos en La Habana y, tras varios días en la capital, iniciamos un viaje sorprendente hacia Viñales. Cervezas, congrí y más cervezas. Esta crónica visual es un homenaje a su memoria. Descanse en paz ✟ 2006